Por definición, un Progresista, es un individuo de ideas avanzadas y no necesariamente es un término ligado a concepciones ideológicas ni a militancias político-partidistas o de alas de pensamiento de derecha o de izquierda, como suele la palabra encasillar a quienes no comparten la posición ortodoxa o dogmatica de ver, los modelos de administración de las Políticas de Estado. Es eso precisamente, mirar hacia el futuro, sin complejos ni ataduras a esquemas pre-determinados, donde la pluralidad sea el factor común, donde la inclusión no tenga parámetros de raza, credo o religión, donde la disidencia sea la defensa y apego a los principios que nos fueran inculcados desde el seno de nuestras familias, así, los sentimientos no serán sobrepasados por lo meramente material; es un himno a la tolerancia dentro de los parámetros establecidos tanto por las leyes de los hombres como de la naturaleza, es un teatro de participación del multiculturalismo no importa su origen. Así deben desenvolverse nuestras vidas, con un alto grado de civismo y de responsabilidad, dentro y fuera de nuestros hogares, de nuestros puestos de trabajo, de respeto por quién disiente de nosotros, de reconocimiento del espacio de quién nos adversa con convicción del nuestro, con actitud verdadera de cohesión social, de coexistencia, de progreso, de avanzada, como los elementos fundamentales para triunfar siempre.
SER PROGRESISTA ES CONCILIAR, DIALOGAR, TOLERAR, RESPETAR, ACATAR EL ORDEN ESTABLECIDO Y RENDIR HONOR A LOS DERECHOS UNIVERSALES.
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