lunes, 8 de diciembre de 2014

José Guerra: “Perdimos el boom petrolero: la pobreza debe estar en torno a 40%”

En su nuevo libro Del Legado de Chávez al Desastre de Maduro (2014, Libros Marcados), José Guerra describe cómo la ilusión de prosperidad y desarrollo que desató el reciente boom petrolero fue mutando hasta convertirse en una crisis que amenaza con sumergir en la pobreza a miles de venezolanos y evaporar la capacidad de compra de la clase media.
Con la experiencia de un recorrido que incluye el cargo de gerente de estudios económicos del Banco Central de Venezuela, coganador del Premio Nacional de Economía Ernesto Peltzer, ex director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela y un posgrado en la Universidad de Illinois, analiza qué puede ocurrir tras lo que no duda en calificar como “un fracaso espectacular”.
En su libro usted sintetiza lo que llama el desastre de Maduro como el conjunto de recesión, inflación, escasez y pérdida de reservas internacionales. ¿En rigor esto obedece al legado de Hugo Chávez o ya puede hablarse de errores propios en la política económica del Presidente?
Las dos cosas. Es evidente que Hugo Chávez fue quien instauró el modelo, pero también hay mucho de Nicolás Maduro en este resultado, porque son dos años en el poder. Hay que tomar en cuenta que en realidad Maduro es presidente desde diciembre de 2012, cuando Chávez tiene que irse a Cuba por la enfermedad que padecía.
La principal responsabilidad del actual Presidente es por impericia y falta de decisión. Nicolás Maduro es un hombre dubitativo, vacilante. Tenemos un gabinete económico desarticulado, con cuatro vicepresidentes de Economía en dos años, ministros que duran cuatro o cinco meses… así ninguna política económica puede funcionar.
¿Observa similitud con el expresidente Luis Herrera, quien no tomó decisiones a tiempo y cuando el desequilibrio económico se hizo inmanejable tuvo que anunciar la devaluación en lo que hoy se recuerda como el “Viernes Negro” de 1983?
Luis Herrera era un hombre formado. Nicolás Maduro un hombre elemental. Sin embargo, ambos comparten el elemento de la indecisión y un error grave: no querer tocar el bolívar. Piensan que dejar un tipo de cambio sobrevaluado a 6,30 bolívares en el caso de Maduro y a 4,30 bolívares en el caso de Luis Herrera iba a disminuir la inflación. Y eso no es verdad.
Al final de este camino, lo que espera es un problema de balanza de pagos por la pérdida de reservas internacionales que, a su vez, obliga a una macrodevaluación porque el desequilibrio acumulado es muy grande.
El Gobierno recibe pocos bolívares porque vende una porción muy importante de los dólares a 6,30 bolívares. Ésta es una de las causas del desequilibrio que tienen las cuentas públicas. Incluso, la brecha entre ingresos y gastos se calcula en 18% del PIB. ¿Se resuelve este problema con las modificaciones en materia de impuestos que anunció Maduro y el recorte de gastos suntuarios?
Sin un ajuste cambiario y sin aumentar el precio de la gasolina no hay manera de cerrar la brecha fiscal. Tendrías que extraerle muchos recursos a la economía a través de impuestos y profundizarías la recesión. Dicho esto, hay que señalar que las leyes aprobadas recientemente con el mecanismo habilitante son una muestra de contradicción. En el caso de las comunas y el banco para la clase obrera, por ejemplo, son políticas expansivas de gasto pero, a la vez, se anuncia un recorte. Un paso adelante y otro atrás. No conozco a ningún gobierno que en un año electoral como 2015 recorte el gasto.
¿Y cómo piensa que Nicolás Maduro va a financiar este gasto en 2015?
Con una devaluación que puede ser anunciada o encubierta. Por ejemplo, pasando sectores que reciben dólares a la tasa de 6,30 bolívares del CENCOEX al SICAD. O con impresión de dinero. En marzo pasado, Rafael Ramírez dijo que se iba a detener la impresión de dinero para financiar a PDVSA, pero ha continuado creciendo porque no tienen cómo cubrir el gasto. Y menos ahora que el petróleo está cayendo.
Todo indica que el Gobierno también está evaluando otro tipo de salida, como obtener recursos a través de la venta de Citgo, aumentar la deuda con China y vender facturas por cobrar a países que están en el convenio de Petrocaribe. ¿Esto no permitiría ganar tiempo y esperar un rebote del petróleo?
Es posible. Y entonces estaríamos en el escenario de 1982. Ese año Luis Herrera utilizó las divisas que quedaban en el Fondo de Inversiones de Venezuela, que equivalían aproximadamente a 25 mil millones de ahora, para aumentar las reservas. Las quemaron todas repartiendo dólares a 4,30 bolívares y en febrero de 1983 tuvo que devaluar. El ajuste es inevitable. Sería una gran irresponsabilidad vender activos como Citgo para comprar tiempo, para que luego, cuando la crisis sea mayor, termines devaluando de todas formas.
¿El problema de sobrevaluación se soluciona llevando el tipo de cambio al nivel de equilibrio que se calcula en 35 bolívares por dólar? ¿Bastaría eso para que la economía inicie una fase de expansión?
No haces nada si unificas el tipo de cambio, que es lo que hay que hacer, y lo pones en 35 bolívares sin eliminar el control de cambio o sin lanzar un programa económico integral, que incluya un financiamiento externo que respalde la confianza y la credibilidad. Además, hay que advertir que la unificación cambiaria tendría efectos inflacionarios: es cierto que muchos productos están marcados al precio del dólar paralelo, pero un conjunto de alimentos que tienen gran peso en la inflación no lo están. Así que habría un impacto inflacionario significativo, como en 1989.
En 1989 Carlos Andrés Pérez gana las elecciones y encuentra un control de cambio colapsado, pocas reservas líquidas, deuda con importadores, controles de precios y escasez. Aplica un programa económico integral que fracasa por distintas fallas, entre ellas la falta de una estrategia de comunicación. ¿Puede Maduro aprender de los errores de 1989 y aplicar el ajuste que requiere el país?
Lo único que ha aprendido Maduro en estos años es el temor al costo político. Está atrapado por una izquierda cavernícola que piensa que se puede dirigir la economía con controles y es capaz de ir a una economía más estatizada antes que dar un viraje. Para un cambio de rumbo se necesitaría una caída sostenida del precio del petróleo o que alguien lo convenza. Y el único que puede hacerlo es Fidel Castro.
¿Crees que Fidel Castro lo convencería de aplicar un programa de apertura económica?
Para Fidel Castro es muy importante que Venezuela sobreviva. Y es capaz de hacer cualquier cosa, incluso en contra de su ideología.
En su libro hace una estimación que coloca la pobreza en 33% al cierre de este año. ¿Podría explicar en qué se basa esta proyección?
Si tomas en cuenta el retroceso de la economía y la elevada inflación, que son dos variables que influyen en la pobreza, no es difícil concluir que va a estar en ese rango. E incluso puede ser más alta, porque este libro lo escribí en julio. Es ahora cuando vemos una gran aceleración en la inflación de alimentos, mientras que la recesión arrecia. Visto así, estamos regresando a los niveles de 1999. Perdimos todo el boom petrolero: la pobreza debe estar en torno a un 40%. Por eso bastó que el petróleo bajara un poco para que rebotara la pobreza. Esto lo que indica es que las políticas para disminuirla no deben ser sólo asistenciales, sino que se necesita más emprendimiento y una economía que crezca de manera sostenida.
El Gobierno podría argumentar que, como ha mantenido el empleo y además aumentó el salario mínimo y cuenta con programas como Mercal, entonces la pobreza no debería aumentar mucho.
La variable que permite que se mantenga el empleo es la caída del salario real, que es el que cuenta. La tasa a la que aumentan los precios es mayor al incremento del salario y el poder adquisitivo ha caído por lo menos 15% este año. En última instancia, Hugo Chávez repartió bienes, poder de compra… pero Maduro repartió billetes que valen menos por la inflación.
¿Cómo cree que la historia va a reflejar el Socialismo del Siglo XXI?
Como una gran decepción. Como un intento por redimir al pueblo venezolano, pero que acabó en un fracaso espectacular, como todos los socialismos. Va a ser recordado como una gran tontería que desperdició un gran boom petrolero.
En su libro incluye una propuesta de plan económico para Venezuela. Afirma que fue un error utilizar el tipo de cambio fijo para controlar la inflación y propone un tipo de cambio competitivo. Históricamente esto ha sido criticado, en el sentido de que se trataría de mantener una moneda devaluada para ayudar a exportar a sectores ineficientes.
La historia económica universal es contundente en cuanto a que los países que mantienen tipos de cambio fijo en un cuadro de alta inflación comienzan a perder la diversificación, acaban con el sector transable y se especializan en unos pocos productos, convirtiéndose en importadores. Los países que se han diversificado lo han hecho sobre la base de una moneda competitiva, que abarata los costos de tus bienes exportables. Eso no es suficiente, porque si fuese sólo eso tendrías que aceptar que vas a tener salarios bajos toda la vida. Por eso tiene que acompañarse con políticas de oferta que promuevan la capacitación de la mano de obra, creación de infraestructura.
Ha publicado varios trabajos sobre el tema del endeudamiento. El riesgo país está en 20 puntos y el acceso al financiamiento externo se está cerrando. ¿Cree que puede llegar el momento en que no se pueda pagar la deuda por la imposibilidad de emitir nuevos bonos?
Ése es el reto del próximo año: se vencen 11 mil 200 millones de dólares y en este momento no hay cómo pagarlos. A menos que sacrifiques fuertemente las reservas internacionales y vendas parte del oro. Con el precio actual del barril de petróleo, las exportaciones petroleras aportarían 45 mil millones de dólares y son necesarios 30 mil millones para cubrir importaciones. Eso lo que me dice es que va a haber algún tipo de renegociación de la deuda.
Entonces, ¿es inevitable el cuadro de alta inflación y recesión en 2015?
Si se revisa la historia de Venezuela, cada vez que el petróleo ha caído de una manera importante hay una recesión. Y la inflación de tres dígitos es muy probable porque el Gobierno va a recurrir a la devaluación… o a la impresión de dinero para financiarse.